lunes, 29 de diciembre de 2008

HOMILIA. PRIMERO DE AÑO

PRIMERO DE ENERO 2009. OCTAVA DE NAVIDAD.
"El Señor se fije en tí y te conceda la paz". Esta paz tan deseada, esta paz tan
necesaria. Dicen que"hay mucha desconfianza".Pero los creyentes afirmamos que:
Somos hijos y podemos clamar "Padre" a nuestro Creador,este Padre a la vez nos
invita a dirigir nuestra mirada hacia el hermano, y por hermano, con la misma
dignidad, aunque cada uno con su personalidad. Los padres soportan mal el hambre de sus hijos, quieren verlos bien vestidos,
bien alimentados. El lema de este primero de año dirigido a los creyentes y a todo
hombre de buena voluntad es "Combatir la pobreza, construir la paz". Un buen
programa para todo hijo "bien nacido", para todo hermano que se precie de serlo.
Porque, aunque los padres quieren lo mejor para con sus hijos y se lo concedan,
entre los hijos, a causa de su personalidad, puede haberlos generosos y avaros. Estos últimos meses se ha hablado mucho de crisis económica y nos "amenazan con
que todavía se va a agravar más, a la vez que nos enteramos de hermanos "malos
hermanos" que abusan de los bienes que se les ha confiado y hasta lo esconden en
vasijas en sus suntuosos jardines, o simplementen lo mal gastan, o lo esconden y no
saben donde. Dicen y seguramente habrá algo de verdad, que hay mucha desconfianza, y razones
no faltarán. Gentes "bien estantes" se han aprovechado, se llevan el capital de las
entidades financieras, o tienen sueldos de "escándalo". Es como una bola de nieve
por una pendiente que cada vez crece más. Habrá que romper el "maleficio" y
recuperrar la confianza entre hermanos. No es posible, no está en la declaración de los Derechos humanos de hace 60
años:el que mientras unos tengan tanto, otros tengan tan poco. Hermanos sí, con la
misma dignidad, con los mismos derechos y obligaciones, cada uno con su
personalidad, pero todos con lo necesario. Sí. Combatir la pobreza, construir la paz" es un compromiso muy especial para
los que invocamos a Dios Padre. Llamémosle Yave, Alá, o el Dios de nuestro Señor
Jesucristo. y los que creen en otras cosas o no creen en nada, también son hermanos
nuestros y por las venas de los hermanos corre la misma sangre, y cuando surgen
envidias, rencores, incomprensiones, hay que reconducir el diálogo y la paz. Como
diría el apóstol Pablo a los Colocenses: "sobrellevaos unos a otros, perdonaos, si
alguien tiene algo contra otros, el Señor nos ha perdonado y por encima de todo
amaos" Pero ¿Cómo podremos decir que nos amamos si mientras unos estan hartos y
borrachos otros tienen el estómago vacío. "No es que vosotros tengáis que pasar
necesidad, sino que haya un poco más de nivelación", dirá Pablo en otra ocasión. No puede estar mi mesa repleta y la de mi hermano vacía. María, Madre de Dios, madre nuestra, ayúdanos a que también nosotros "meditemos
en nuestro corazón todas estas cosas" y que no defraudemos a nuestro hermano mayor,
el primogénito, tu hijo, el Hijo de Dios que se hizo pobre para llenar todas
nuestras necesidades. Para sacar de nuestro corazón todo mal y hacernos latir al
compás del Amor de Dios.
"Construyamos la paz, combatiendo la pobreza.
P. MIQUEL BONET NICOLAU C. R.

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