viernes, 2 de enero de 2009

HOMILIA. SEGUNDO DOMINGO D. DE NAVIDAD.4-I-2009

SEGUNDO DOMINGO DESPUES DE NAVIDAD (4-I-2009)

El texto evangélico que proclamamos hoy termina con estas palabras “A Dios nadie lo ha visto jamás, Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer” Es decir no lo hemos visto, pero lo podemos conocer, gracias al “Dios Hijo único, que “nos lo da a conocer.
¿Quién es este Hijo único? Pues aquel que nos presenta el mismo evangelista como la Palabra por la que se hizo todo lo que existe. Es aquel mismo que otro Juan, llamado el bautista, nos presenta como el que viene detrás de él, pero que existía antes.
Seguimos en el gran misterio en que hemos creído los cristianos. Lo que llamamos Dios hecho hombre, en Jesús de Nazaret, el hijo de María y al que reconocemos como Hijo de Dios. “engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho”.
Para nosotros, los cristianos, es la razón de todas las cosas. La Palabra, que da vida a todo lo creado, pues él es la Vida.
¿Qué sería del mundo sin la Palabra, sin la comunicación, sin la comunión? El gran misterio, y entiendo misterio, no como algo incomprensible, sino como “un signo o sacramento” que hace referencia a una realidad que está más allá de lo que vemos, oímos o expresamos. Es decir, me puedo acercar al hecho histórico de un hombre, Jesús de Nazaret, pero más allá del hecho histórico vislumbro, me conecto, me pongo en comunión de fe con aquellos que le reconocieron como el Mesías, el esperado a lo largo de los siglos, aquel que “aplasta el mal”. Descubro en él al que todos los hombres esperan. Y me adhiero por la fe.
Una carta dirigida a los Hebreos, y que aceptamos como Palabra de Dios nos recuerda que “de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros Padres, en esta etapa final nos ha hablado por su Hijo”.
Esta es la osadía que tuvieron aquellos que siguiendo a Jesús en sus enseñanzas y que le vieron condenado y colgado en la cruz, lo descubrieron “resucitado” lleno de Vida, porque Él es la Vida, es la Palabra del Padre, la comunión con la humanidad.
A esta osadía nos unimos los cristianos de todos los tiempos. Hay otras creencias, hay otras visiones del mundo y de la vida. Pero esta es la nuestra que queremos compartir con todos los hombres que quieran escucharnos.
Pero, en el fondo, es cuestión de creer, de saber ver más allá de lo material y de entrar en comunión con este sentido de la vida: “Dios, tan amigo del hombre, que no sólo le llama a la existencia, sino que se hace hombre, para enseñarle, a todo hombre, el camino que lleva a la vida.

P. Miquel Bonet Nicolau C.R.

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